domingo, 4 de abril de 2010

Recomendamos esta lectura de Myriam Moscona

Recomendamos ampliamente la lectura de este ensayo de Myriam Moscona, publicado hoy domingo 4 de abril del 2010, en el suplemento "El Ángel" del diario Reforma.

Myriam Moscona es poeta, escritora, y periodista. Ha colaborado como conductora en el Canal 22, y en radio con el INBA. Su poesía ha sido traducida al inglés, portugués, francés, italiano, búlgaro, ruso, alemán, hebreo, sueco, holandés y árabe. Destaca además su reciente incursión en la poesía en ladino o judezmo, lengua medieval de los judíos sefaraditas. Myriam Moscona ha estado en nuestro programa ya en dos ocasiones.

Esperamos disfruten de este texto.

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Thriller de probada actualidad

Myriam Moscona

La Biblia: espejo de nuestra condición. Una invitación a leer el Antiguo Testamento con o sin motivaciones religiosas

(4 abril 2010).- Todas las pasiones humanas, de las más rastreras a las más gloriosas, sucesos de tintes fantásticos, realidades crudas, verosímiles o no, se explayan después de la letra "beth" con que comienza El Génesis dentro del llamado Libro de Libros. Amor, guerra, sublevación, desobediencia, rencor, venganza, lealtad, rebeldía, justicia, erotismo, odio, traición, locura, erudición, enfermedad, perdón, desasosiego, pariduras extraordinarias, fertilidad del desierto, resequedad de la tierra, quebrantamiento de la fe, asesinato, robo, incesto, adulterio, catástrofes naturales, trasgresión, mentira, engaño, deseo prohibido, sangre, huida, injusticia divina, robo de la clase política, carencia, riqueza desmedida, triunfo del débil, vicio, saciedad, ambición de poder, espiritualidad del arte, matrimonio por conveniencia, exilio, orfandad, violación, destrucción masiva, arquitectura ilusoria, idolatría, odio al padre y a la madre, traición entre hermanos, poesía, el mal por el mal, superioridad de la mujer, gula, divinización del hombre, estulticia, veneración al cuerpo, hambre, olvido masivo, exceso, enfermedad, triunfo satánico, gracia divina: todo está allí, en un thriller extraordinario escrito por generaciones de escribas, poetas y profetas.

Se dice que la hendidura que tenemos entre la nariz y los labios fue hecha al final del primer modelo de arcilla, antes de insuflarle vida y hacerlo latir. Dios nos dejó ese hundimiento para que olvidemos. ¿Para olvidar qué? Los griegos hablaban del Leteo, el río del Hades cuyas aguas hacían olvidar a quienes la bebían. Algunos pensaban que antes de reencarnar, las almas debían beber esas aguas para que no recordaran sus vidas pasadas. Hay una historia previa (no hermana, sólo familiar) en la tradición judía. El Antiguo Testamento comienza con la letra "beth" (b), la segunda letra del alfabeto hebreo, la letra con la que comienza la palabra casa ("bait" en hebreo). Es tal la importancia conferida a la fuerza de la palabra que existe la siguiente convicción: todo el Pentateuco está concentrado en el primer libro; todo el Génesis, en el primer capítulo; todo el capítulo en el primer versículo; el primer versículo en la primera palabra y la primera palabra en la primera letra, la letra "beth". Existe en los textos cabalísticos una apasionante discusión de las letras del alfabeto con Dios para saber cuál será la elegida para abrir el Génesis (que comienza con la palabra Bereshit = en el principio), pero aún antes, cuando Dios planeaba la creación mundo, todas las letras del alfabeto eran todavía embrionarias y durante dos mil años Dios se dedicó a contemplarlas y a jugar con ellas. Cuando llegó a crear el mundo, todas las letras se presentaron ante Él en orden inverso (de la "z" a la "a"). Cada una debía argumentar a su favor. La letra "aleph", por ejemplo, sabe que con ella se inicia el alfabeto, además simboliza al hombre, lo cual la dota de enormes privilegios (y por algo Dios, en la primera palabra, la elige dos veces aunque en ninguna de ellas le confiere el primer lugar. La compensación es que los Diez Mandamientos, importantísimos para la tradición judía, comienzan con la "aleph"); la letra "m" está presente en la palabra "rey" (melej en hebreo) aunque también en la palabra "muerte". Dios escucha todos los argumentos según se nos relata en el Libro del Esplendor (El Zohar). La letra "beth", inicio de "bendiciones" (berajot en hebreo) es la elegida. Tiene la forma de una casa cerrada con todos los muros abiertos menos uno. La escritura hebrea corre de derecha a izquierda. De modo que, se nos dice, el conocimiento está a disposición del hombre, pero lo que hay a la derecha de la letra está cerrado por una vertical, como si se tratara de un muro de su propio trazo. Se dice que ese muro está ahí para hacernos ver que desde esta orilla no podremos ver la otra. Siempre habrá una zona de conocimiento vedado. (Las almas debían beber para olvidar sus vidas pasadas.) La letra beth, principio del principio, está ahí para recordar nuestras limitaciones. Todas las filosofías, todos los textos fundacionales, todas las tendencias de pensamiento guardan un sitio para el silencio. No hay respuesta para todo. Esta es mi verdad: el hombre fue hecho del maíz, fue hecho de arcilla, fue hecho a semejanza de Dios, fue el resultado de la evolución, fue hecho de una costilla, fue un verbo, fue una fuga involuntaria del laboratorio celeste. Hombre dotado de lenguaje, feliz y desgraciado, avaro y dadivoso, seco y fértil, se pregunta por su origen. Una obra responde con lucidez en este thriller donde ocurren hechos inauditos: Dios hace una apuesta con el diablo para poner a prueba a Job; se pretende terminar con el mal al destruir con rayos y centellas todo un pueblo de malhechores (los narcos de su tiempo) y así Sodoma es arrasada por el mandato divino. Sólo la familia de Lot es salvada (alguien intercede por ellos, es extraño pero esa salvación no fue un razonamiento de Dios), ella, la protagonista (la sin nombre) queda convertida en un bloque de sal (la desobediencia, la rebeldía). Las hijas embriagan al padre y duermen con él. Así se da el primer incesto de la Biblia. Sin embargo, no hay castigo. La razón es obvia: era la única forma de continuar con la especie. (Vendrá más adelante un amor terrible entre hermanos, Amnón y Tamar; castigado, este sí, aunque para sorpresa del lector non tanto). Mujeres heroicas que prefiguran los movimientos de liberación: Judith, viuda que arrancó la cabeza de Holofernes tras embriagarlo en la cama con sus insinuadas dotes de buena amante y excelente estratega; Deborah, profetisa con increíbles virtudes guerreras que llevó a liberar a su pueblo. Sumemos. Aquí, en este libro de fantasía y verdad, está contenido todo. En Deuteronomios, por ejemplo, se le dice al rey que siempre debe llevar un libro de la ley en la mano para que nunca se eleve su corazón por arriba de sus hermanos, nunca deberá olvidar que es un hombre del pueblo con una función de alta responsabilidad, que no ose considerarse un ser con poderes divinos, sus abusos deben ser castigados (a nuestra clase política le hubiera ido del cocol).

Lo que se ofrece en la Biblia sigue con claridad nuestra miserable y gloriosa naturaleza capaz de construir las más bellas catedrales o la más vergonzosa realidad contra el semejante. Espejo de nuestra condición. Una razón más para leerla con o sin motivaciones religiosas.

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